viernes, 20 de agosto de 2010

Camino del mundial (Serbia).

Antes de hablar de Serbia, recordaremos un poco a la extinta Yugoslavia, pues son sus sucesores más directos.
Serbia. Campeona del mundo Indianapolis 2002

Yugoslavia sorprendió al mundo entero en Seúl 88. Una selección compuesta por jóvenes jugadores que rebosaban calidad y desparpajo por todos lados. Maravillaron a todos y se impusieron en semifinales a los EEUU. No pudieron hacer lo mismo en la final, contra posiblemente la mejor selección de la URSS que ha habido (con Sabonis a la cabeza), pero las sensaciones que dejaron fueron muy positivas y esperanzadoras. Su falta de experiencia y los nervios propios de su juventud les jugaron una mala pasada, pero solo era cuestión de tiempo que esa joven selección se curtiera y ganara en experiencia para enseñar al mundo todo su verdadero potencial.
Eso sucedió dos años después, en el Mundial de Argentina en 1990, donde esa Yugoslavia se paseó y cumplió justa venganza en la final contra la URSS. En esa Yugoslavia, figuraban jugadores que posteriormente, por temas ajenos al deporte, adquirirían diferentes nacionalidades. Pero ese es otro tema.


Nos presentamos en el Europeo de Roma en 1991 y es durante ese evento donde se produce la ruptura total de Yugoslavia como nación única, fragmentándose en diferentes republicas, y con ello, diferentes selecciones, con lo que eso supuso. Ese gran grupo se desmembró y esos jugadores pasaron a convertirse en croatas, serbios y eslovenos principalmente. V. Divac, Paspalj y Danilovic principalmente, pasaron a ser los abanderados de esa nueva selección serbia, pero primero, tenían que cumplir el castigo impuesto por la ONU, cuatro años sin competir de forma internacional.

Cumplida la sanción, el camino de la nueva Serbia comienza en el Europeo de 1995.

Serbia se presenta en sociedad, una selección joven, pero guiada tanto de forma espiritual como en la cancha por los otrora componentes de aquella gran Yugoslavia. A los Divac, Danilovic y compañía se unía una nueva generación, el vivero serbio seguía funcionando y de el salieron principalmente los jóvenes Rebraca y Bodiroga, más Djorjevic y Savic, jugadores más experimentados, pero aun con mucho recorrido.
Esa selección enamoraba, Djordjevic, Danilovic, Bodiroga, Paspalj, Savic, Rebraca y Divac eran la columna vertebral y los jugadores que se unían a ellos siempre cumplían.
Atenas´95, oro. Atlanta´96, plata. Barcelona´97, oro. Grecia´98,oro. Francia´99, bronce. Turquia´01, oro. Indianapolis´02, oro.

Durante esos años todo fue un camino de rosas, solo el sexto puesto en Sidney era un tachón en esa hoja inmaculada. Pero fue a partir del 2003 en el europeo de Suecia donde comenzó la perdida de identidad de esa selección. Los europeos del 2005 y 2007 fueron un rotundo fracaso, al igual que el mundial del 2006 y como no, las Olimpiadas del 2004 (últimos) y 2008 (no se clasificaron).

La “vieja guardia” se había retirado y jugadores como los Gurovic, Tarlac, Jaric, Drombjack, Rakocevic, Pavlovic, Radmanovic, Vujanic o Milicic, por unos motivos u otros, no estuvieron a la altura. Prepotencia, arrogancia, petulancia, engreimiento, soberbia, vanidad, guerra de egos, sobrevaloración, etc, cualquiera de esas causas es buena para saber que pasaba y el porque de esos fracasos. Por esas selecciones habían pasado entrenadores como el mismo Obradovic o Pesic, pero fue Ivkovic, otra vez el “viejo zorro” el que tenía que solucionar ese desaguisado y devolver a Serbia al lugar que le correspondía.
D.Ivkovic "el maestro"
Era la hora del viejo maestro y este ni corto ni perezoso, cogió el bisturí y empezó a extirpar tumores. Todos esos “gallitos” no tenían sitio en el nuevo proyecto y no casaban ni con su filosofía ni con las ideas de D. Ivkovic. La solución fue tan radical como acertada, Serbia se presentó al europeo de Polonia´09 con una selección completamente nueva. Jugadores noveles, pero con un carácter y unas ganas envidiables. Titubearon al principio, y no tuvieron ninguna opción en la final contra España, pero esa medalla de plata les supo a gloria, Serbia había vuelto y el futuro era suyo.


Ahora intentaremos analizar la preselección que están preparando para este mundial. Jugadores jóvenes principalmente, pero sobradamente preparados. Todos los puesto están más que cubiertos y el mayor problema que tendrá el entrenador será el de hacer los últimos dos descartes.

Bases. Teodosic es el alma y espíritu de este equipo, la prolongación del entrenador en la pista y un jugador que siempre toma las decisiones correctas en cada momento. Es el único base puro, pero tanto Markovic como Paunic le pueden dar minutos de descanso sin que el juego se resienta.
Escoltas. A los dos anteriores se unirían Rasic y Tepic, un cuarteto que lo tiene todo, tiro, defensa, velocidad, movilidad, polivalencia, todo, es que lo tienen todo.
Aleros. Keselj y Bjelica. Aleros altos y modernos, jugadores polivalentes que igual rebotean que pueden subir el balón. Su mayor virtud es la facilidad con que desequilibran a su par tanto por altura como por velocidad. Pero, es en esta posición donde tienen un minúsculo punto débil, la posición de alero bajo que ha quedado descubierta con la lesión de Tripkovic (un fijo para Ivkovic y que seguro echará en falta).
A/P. Después de ver el temporadón de Savanovic y Velickovic, poco que comentar. Juego de cara, de espaldas, movilidad, tiro, rebote, pueden jugar abiertos, cargar el rebote… . Otro puesto sobradamente cubierto, y si uno de estos falla está M. Macvan, todo carácter que le gusta correr la pista y con un gran instinto reboteador.
Pivots. Más de lo mismo, otro puesto más que sobrado. Krstic, kilos y centímetro para jugar de espaldas y abrir el juego, el más veterano del equipo y junto a Teodosic líder del grupo. Perovic, un calco del anterior, más kilos, más centímetros y más juego al poste bajo. Raduljica, más y más de lo mismo. Tres pivot de características similares, pero que tres pivots.
Pronostico: Semifinales como mínimo.

Proxima entrada: España.

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