viernes, 29 de octubre de 2010

El espejo donde mirarse. 1ª Parte.

Leía el otro día en un Blog el comentario de un compañero, en el cual venía a decir algo así como, “el Barça ya no es el espejo donde debe mirarse el Madrid, más bien debería mirarse en otros como Baskonia, Unicaja e incluso el P.E Valencia”.



No es que no comparta esa opinión, más bien disiento totalmente.
Mi exposición sobre este tema o asunto, la dividiré en dos partes, compuestas de tres apartados. Introducción, Historia y acontecimientos (con dos etapas claramente diferenciadas) y Conclusiones finales, pues creo que es la mejor manera de exponerlo, comentarlo y sacar la mejor conclusión posible, pero siempre, desde mi punto de vista.


 - Introducción.

Aíto, el "gran culpable"
Yo no discutiré que en los últimos años (por desgracia para el Madrid y los madridistas, casi 20 años), se ha perdido influencia, preponderancia e incluso dominio y que ya no somos un referente ni en lo deportivo y ni mucho menos, en lo institucional. Pero de eso a casi afirmar que lo que se ha perdido es la identidad, hay un trecho o recorrido muy pero que muy grande.

La época en que el Madrid, CSKA, Maccabi y el club italiano de turno “partían el bacalao” en Europa ya ha pasado, esta finiquitado, en definitiva, es historia.
La irrupción de los clubs griegos, del Barça y puntualmente de algún balcánico, han cambiado el panorama. Incluso Maccabi y CSKA, con esas ligas locales tan particulares que tienen, han pasado por más de un apuro, y esa es la cuestión. Mirar y tratar de analizar por que el Madrid ha perdido ese puesto de referencia y cuales pueden ser o han sido las principales causas y motivos.


Intentaré comparar al Madrid con el que si es su verdadero espejo, el Barça, y en el cual si nos debemos mirar y comparar para concluir y averiguar cuales han sido o son los principales errores y equivocaciones que nos han llevado a ese punto.


- Historia y acontecimientos.

Primera etapa.

En esta primera etapa, intentaré analizar el "cómo" y el "por que", de cómo el Barça recortó la distancia que le llevaba el Madrid e incluso se puso por delante.

Desde mi punto de vista, el principio de este asunto, se remonta a las temporadas 1988/89 y 1989/90.
En la 88/89, el Barça le arrebató al Madrid “su” liga, la famosa “liga de Petrovic”, una liga que marcó un punto de inflexión en el baloncesto nacional.
Un equipo sólido, con una base muy bien definida (Solozabal, Epi, Jimenez, Norris y Trumbo) conseguía derrotar a un Madrid que contaba, en esos momentos, con dos de los tres mejores jugadores de Europa.
El Barça de Aíto, consiguió ganar al Madrid de Petrovic y F. Martín, y no solo en lo deportivo, también en lo institucional y lo más importante, en lo mediático. Con una frase que pasará a la historia de nuestro deporte, “Petrovic tiene bula arbitral”, Aito influyó, y de que manera, en un organismo tan importante y “madridista” hasta esa fecha, como era el colectivo arbitral.
A partir de ahí, dos cosas cambiaron, por una parte, la mentalidad del Barça, pues se veía capaz de derrotar y superar al Madrid en todos los terrenos. Y por otra, el Madrid, que aparcaba su aura y pasaba a ser un equipo más dubitativo y que veía como el Barça le había comido gran parte del terreno existente entre ambos.

Temporada 89/90. Para el Madrid, esta fue una temporada desastrosa y calamitosa. L. Sainz pasó a los despachos dejando su lugar a un más que preparado G. Karl, pero, que por desgracia, nunca encontró su sitio ni consiguió adaptarse. En lo deportivo, no se ganó nada. Y las cosas se torcieron del todo con la muerte del gran referente del equipo y de la sección, F. Martín.
Sin títulos y con una sensación de vacío más que preocupante se concluía la temporada. Por el contrario, el Barça funcionaba a la perfección, titulo de liga ACB y F4.

La temporada siguiente, 90/91 empezó con otra muestra de poder del Barça, J.A Montero, el jugador más deseado del momento, se decantaba por los azulgrana en detrimento del Madrid. Un Madrid, que experimentó (y la cagó, como dice un amigo mio), W. Brabender en el banquillo y los fichajes estelares de C. Herrera y S. Roberts.
Resultado, por parte del Madrid, ningún titulo y tres entrenadores.
Por parte del Barça, F4 y Copa del Rey. Con el anuncio del fichaje de Maljkovic y Aíto camino de los despachos.
Ya no había distancias entre ambos equipos, incluso parecía que el Barça rebasaba al Madrid por la derecha.
Como curiosidad, la liga ACB de ese año, la ganó el Joventut con Lolo Sainz en el banquillo, al igual que la siguiente.

La 91/92, fue extraña para los dos equipos. El Barça con Maljkovic en el banquillo, no ganó nada y toda la temporada estuvo marcada por la lucha de poder entre este y Aíto, con cruce de acusaciones que no beneficiaron a ninguno.
El Madrid comenzó de nuevo con G. Karl en el banquillo y reforzando muy bien el equipo (Antúnez, R. Brown y M. Simpson). Pero a mitad de temporada, G. Karl regresó a la NBA y fue C. Luyk el que cogió el timón de un equipo sin rumbo, pero aun así, se consiguió la Recopa.

Las temporadas 92/93 y 93/94 tuvieron claro color madridista. Con Luyk en el banquillo y con equipos confeccionados a base de talonario (primero Sabonis y luego Arlauckas) se ganaron las dos ACB y la Copa del Rey del 93 (curiosamente, la última).
Mientras, Aíto, que había vuelto a los banquillos, estaba rearmando un gran equipo, sin figuras pero con jugadores muy balidos (Andreu, S. Diez, X. Fdez., Karnisovas, Djordjevic, Dueñas, etc), a la espera de su oportunidad y de paso, implantar una hegemonía.

Hegemonía que se extendió durante tres temporadas, con los títulos de Copa del Rey en el 94 y las ligas ACB del 95, 96 y 97.Más la F4 del 94 y las finales del 96 y 97.

Las temporadas 94/95, 95/96 y 96/97 del Madrid estuvieron marcadas por la presencia de Obradovic en el banquillo, con la consecución de la ansiada Copa de Europa en el 95 y la Recopa del 97.
Pero en ninguno de esos años se fue competitivo en la competición domestica. Incluso el gran desembolso realizado, primero para paliar la marcha de Sabonis a la NBA y después para ser competitivos sin el lituano (Herreros, Savic, Laso, M. Smith, A. Angulo, Bodiroga, etc) no dieron los frutos apetecidos.
El Barça comenzaba un despegue deportivo e institucional muy alarmante para los intereses del Madrid.
Una sección, la madridista, que no pasaba por sus mejores momentos, tanto en lo deportivo como en lo económico e institucional, con guerras internas y un vacío de poder que para nada beneficiaban al club en general y a la sección en particular

Otra temporada extraña, la 97/98.
El Madrid dice adiós a Obradovic y da la bienvenida a M. A Martín. La temporada es lamentable, se ficha fatal, los resultados no llegan e incluso problemas extra deportivos acaban con Arlauckas en la calle. Una temporada para olvidar.
Mientras, en el Barcelona, Aíto regresa a los despachos y fichaba a M. Comas.
Juntos rearmaron el equipo con jugadores de gran calidad (Rentzias y Nicola como ejemplo), pero los resultados tampoco llegaron y M. Comas dimitió, propiciando así el enésimo regreso de Aíto a los banquillos.
Como curiosidad y que refleja muy bien lo que fue esa temporada para los dos grandes, decir que la liga ACB la ganó el TDK Manresa, que justo tres años después bajaría a la LEB.



Todavía queda mucho por comentar, Scariolo, Gasol, más Aíto, Imbroda y Lamas, Pesic, la Euroleague, Maljkovic e Ivanovic… . Pero lo dejaremos para la segunda parte de la historia.

2ª Parte.
3ª Parte.

lunes, 25 de octubre de 2010

Partidos históricos. (Final Copa de Europa´89, Munich. Maccabi - Jugoplastika)

Final Copa de Europa 1989.



El partido comenzó con emparejamientos individuales y marcaje al hombre por parte de ambos equipos, y más juego individual que sistemático.
Se empezó con una lucha terrible en la zona y con muchas faltas.
Al comienzo del partido, parecía que la suerte del Maccabi estaría ligada al rendimiento de su trío estrella, D. Jamchy - K. Barlow – K. Magee. Por el contrario, los yugoslavos (aún, entonces), aunque tenían a unos jóvenes D. Radja y T. Kukoc, fundamentaban su juego más en lo colectivo.
Los balcánicos, estaban más acertados en el tiro, mucho más concentrados y muy atentos al rebote. Gracias a eso, se ponían por delante y en parte también, por culpa de la mala selección de tiro del Maccabi, que se sostenía por obra y gracia de sus individualidades y a acciones puntuales y aisladas.

En líneas generales, el juego interior se imponía al exterior y ambos equipos salían al contraataque a la más mínima.
Gracias al acierto en el tiro, la Jugoplastika seguía por delante y cobraba la primera ventaja significativa, 6 puntos.
Janchy y su acierto (grañidísima técnica individual y un maestro en el arte del tiro) mantenían a los macabeos en el partido y no dejaba que el contrario se marchara en su primera intentona.
La Jugoplastika tomaba la iniciativa de forma descarada (una cosa impensable antes de comenzar el partido, debido a la juventud y falta de veteranía de ese equipo) y claro ejemplo de ello era la forma en que castigaba una y otra vez la zona macabea, con Radja como máximo exponente.

El Maccabi no entendía lo que pasaba, con 10 minutos jugados, iban a remolque y eso, antes de comenzar el choque, no se lo hubiera creía absolutamente nadie.
En ese momento, se produjo una acción determinante, la tercera personal de Lippin, lo que propicio la salida al campo de Sims y con él en cancha llegó la revolución y un nuevo partido.
A la Jugoplastika, no le sentó bien ese cambio de ritmo en el juego israelí y algunos jugadores empezaron a perder la concentración. A eso, Maljkovic (entrenador de la Jugoplastika) respondió con algunos cambios (entonces, los banquillos, no se movían con tanta fluidez como en la actualidad), principalmente en el perímetro, pero daba la sensación de que empezaba a pesar la responsabilidad.

El Maccabi dominaba autoritariamente el rebote, Jamchy seguía a lo suyo y a falta de 8 minutos, 22 – 21, la primera ventaja.
La Jugoplastika, toco a retreta y subió la intensidad defensiva, se apretó mucho, muchísimo en esa faceta y es a lo que se agarraron para no ceder en la desventaja.
Otra vez Jamchy (5 de 7 en triples) en ataque y Barlow en defensa sustentaban y encumbraban a su equipo.
Gracias a la defensa de Barlow, Kukoc estaba desaparecido y era Radja (con la ayuda, oscura pero imprescindible, de D. Ivanovic) el que asumía la responsabilidad de mantener a su equipo en el partido.

Los pivots del Maccabi hacían mucho daño jugando de espaldas, por el contrario, los interiores de la Jugoplastika disfrutaban más corriendo (estilos tan dispares como útiles).
L. Mercer dominaba la zona casi sin oposición y parecía que gracias a eso y a un pequeño bache en el tiro de los yugoslavos, podían romper el partido.
Pero no fue así, otra vez, la Jugoplastika apretaba en defensa (esos tíos todo lo hacían a la perfección y no se inmutaban por nada ni se ponían nerviosos ante nadie) y gracias a eso y al contraataque, empataban a 31 a falta de dos minutos para el descanso.
El Maccabi, seguía con un grandioso Jamchy, el cual asumía su responsabilidad y de paso la de sus compañeros más apagados (K. Magee principalmente).
El acierto de este jugador era su principal baza en esos momentos y conseguía mantener a su equipo en el partido, 35 – 35 al final de la 1ª parte.
La Jugoplastika estaba jugando un partido muy inteligente, ensalzando sus virtudes, disimulando sus defectos (¿los tenía?) y destapando las carencias del rival.
Jóvenes, aunque sobradamente preparados (JASP), como rezaba el anuncio de esa época.

Todo estaba en el aire, los cambios en el marcador habían sido constantes. Ninguno conseguía una renta cómoda, ni afianzarse, e incluso el dominio del partido había cambiado en innumerables ocasiones de mano durante esos 20 minutos. Baloncesto en estado puro y emoción a raudales.


2ª Parte.

Comenzó la segunda parte y no pudo empezar de mejor forma para todos los aficionados y para su propio equipo, por fin, T. Kukoc despertaba.
Kukoc asoció sus fuerzas con las de un intenso y dominante D. Radja. Eran las primeras muestras de poderío y dominio real. Mucho para el Maccabi, tal vez demasiado a lo que enfrentarse, pero eran el Maccabi, los actuales sub-campeones de las dos anteriores ediciones, un equipo veterano y con oficio que comprendió rápidamente que sus opciones pasaban por dominar el rebote e imponer su juego interior.
Al magnifico dúo balcánico, se unía D. Ivanovic (actual entrenador del Baskonia) y parecía que solo era cuestión de tiempo que consiguieran romper el partido. Pero no, el Maccabi seguía dominando el rebote y tanto Barlow en ataque como Mercer en defensa empezaban a ser un estorbo para las aspiraciones de la Jugoplastika, en la cual, en esos momentos, solo parecía responder Kukoc.

La Jugoplastika lo estaba pasando mal, tal vez el momento más crítico y delicado del partido, pues, otra vez Jamchy, les ponía por delante y cobraba protagonismo. 51-48 a falta de 12 minutos y 56-51 a falta de 10.
Maljkovic pidió un tiempo muerto en ese momento y todo cambió a partir de ahí. La Jugoplastika apretó un poco más en defensa (rozaban la perfección). La concentración era total, pues a esa gran defensa la acompañaron tres robos y dos tapones lo cual les devolvió la vida y al partido.
Pero, el equipo israelí, no esta por la labor de facilitar las cosas y sabía como contrarrestar el magnifico juego y prestaciones ofensivas de un inspirado Kukoc (suplía en el liderazgo a un Radja que estaba en el banquillo maniatado por las personales). Con más defensa, con eso contrarrestó el Maccabi el juego yugoslavo, una defensa mucho más dura e intensa. Los yugoslavos se atascaron y con un resultado de 61-56 a falta de 8 minutos, parecía que los macabeos podían romper definitivamente el choque.

Pero nada más lejos de la realidad, otra vez la defensa como arma clave, y eso que parecía imposible defender mejor, pero lo estaban haciendo y es lo que situaba de nuevo a la Jugoplastika en el encuentro.
Y fue entonces (tal vez el momento más importante y determinante del partido), cuando apareció un protagonista inesperado, G. Sobin, consiguiendo 7 puntos y 3 rebotes en escasamente dos minutos, lo cual permitió a su equipo mantenerse y remontar el partido, pasando, primero, a un empate a 64 y después a un 68-64 que rompió definitivamente el partido.

El Maccabi se aferraba a su juego interior, pero sufría mucho, demasiado, para anotar, debido en gran medida a la magnífica defensa de la Jugoplastika, que no solo defendía con maestría, si no, que anotaba con fluidez. 71-66 a falta de tres minutos.
Subieron un puntito más el nivel defensivo (parecía imposible, y más con la edad que tenían) y 73-66 a falta de dos y medio.
El Maccabi, dominaba el rebote, tanto el defensivo como el ofensivo, pero no era suficiente, en ataque les podía la responsabilidad y los nervios (el mundo al revés). 75-66 a falta de dos minutos y eso se había acabado, llegando al final del encuentro con 75-69 y con un nuevo campeón de Europa, la JUGOPLASTIKA de Split.
Un nuevo equipo, con el que nadie contaba al principio, se había coronado como Rey de Europa. Y que, años después, con el paso del tiempo, terminaría por consagrarse como una leyenda.



Destacaron:

Por parte de la Jugoplastika.
D. Radja (22p, 10r y 2t) y G. Sobin (11p, 6r y 1t). Un punto por debajo, T. Kukoc (18p, 2r y 3t). Y también me gustaría destacar la labor oscura pero imprescindible de D. Ivanovic (12p, 2t y 2 a), así como la gran dirección del equipo tanto por parte de Pavlicevic como de Sretenovic.

Por parte del Maccabi.
D. Jamchy (25p) y L. Mercer (10p y 7r) y un poco más alejados K. Barlow (13p y 6r) y W. Sims (9p). Mención especial merece K. Magee (10p, 11r y 27% t.c), pues aunque sus números son buenos, nunca superó a su par (más bien al contrario) y nunca dominó el juego.




Ha habido buenos equipos, muy buenos, incluso excelente, pero ninguno como esa Jugoplastika.
Personalmente, lo considero el mejor equipo del baloncesto moderno en la Europa de los últimos 25 años.
Como ya he dicho, ha habido equipos excelentes, pero ninguno con la magia y el talento de esa Jugoplastika.
El baloncesto hecho arte, la ejecución perfecta del juego tanto en defensa como en ataque. Un equipo que jugaba como tal, sin fisuras y donde sobresalía el talento individual, que continuamente se ponía a disposición del equipo y de un entrenador, que aunque férreo y autoritario, siempre antepuso la fantasía, la libertad del talento y la clase individual a la rigidez de los sistemas y a las limitaciones individuales que eso suponía.
“El triunfo de la autenticidad” como lo tituló Gigantes del basket en su día.


Estadisticas de la Final. "Gigantes del basket", nº180

miércoles, 20 de octubre de 2010

Ettore Messina.

Verano del 2009, el Sr. Florentino Pérez arrasa en las elecciones y parece que todo puede cambiar, para mejor, faltaría más.

Entre Cristianos y Kakas, se considera seriamente en invertir y potenciar la sección de basket.
La primera decisión coherente es buscar un Director general (por nombrarlo de alguna forma, pues un servidor se pierde entre tantos cargos) que sustituya a A. Martín. La segunda, como no, cambiar el entrenador.


Aunque la gestión, durante esos tres años anteriores, de J. Plaza no fuera mala (de más a menos), era un entrenador, digamos, de perfil bajo y la intención era colocar al mando del nuevo proyecto un entrenador de otro perfil, digamos, más alto, por no utilizar el jodido termino “galáctico”.


Solo había un nombre de consenso, y no era otro que el de Ettore Messina, el mejor entrenador de Europa en ese momento.
8 Ligas, 9 Copas, 4 Euroleagues y una Saporta, esto es lo que figura en el curriculum del italiano, ¡pa cagarte!, y solo a nivel de club.
Se ficha a Messina y todos, absolutamente todos, incluidos los que ahora son o somos críticos, estábamos encantados, esperanzados y rebosantes de ilusión y alegría gracias a ese fichaje.


El dúo Messina & Maceiras comienzan su trabajo. Como primera tarea, confeccionar un nuevo equipo, un equipo para ganar ya, pues lo de proyecto a 3-4 años no se lo creía nadie (y menos ellos) y si quedaba alguna duda sobre eso, solo hacía falta mirar a los “jovencitos” que se ficharon.
Otro asunto, dar puerta a los que no le servían (hubo algún momento que parecía que ninguno) y eso si era delicado. ¿Cuántos eran del agrado de Messina?, parecía que muy poquitos, y en eso se pusieron.
Algunas bajas, por un motivo u otro, fueron más sensibles que otras. Resumiendo, de la temporada anterior solo quedaron Llull, Bullock, Hervelle, F. Reyes y VdS, y de esos, solo Llull y F. Reyes(?) tenían un valor real, pues a Hervelle se le largó a la más mínima oportunidad, VdS estuvo cojo toda la temporada y lo de Bullock, mejor ni nombrarlo.
De las bajas, dos muy sensibles, porque no se cubrieron correctamente, R. López y Mumbrú. El primero no tuvo repuesto y más cuando se decidió apostar definitivamente por Llull como escolta, y se acusó toda la temporada esa falta de un segundo base. Lo de Mumbrú, más de lo mismo, toda la temporada sin alero alto, con lo que eso supuso.
Un equipo nuevo, “tropecientos” fichajes, un presupuesto muy importante invertido y se empezó la temporada con déficit en tres puestos claves, base, alero y pivot.
El equipo estaba descompensado, pero con Messina en el banquillo, eso parecía no importar demasiado.

Se empezó la temporada de la mejor forma posible, se jugaba muy bien, el juego era dinámico y alegre, el equipo parecía imparable, los nuevos fichajes parecían sacados de la NBA, todo era fantástico y maravilloso. Todo parecía ir bien, hasta esa fatídica racha de Diciembre, donde el equipo, todo, incluido el técnico, mostró y enseñó demasiadas carencias.
La temporada empezó con un juego ilustre, una defensa viva, intensa y aplicada, un ataque afanoso, donde siempre se buscaba la rápida circulación del balón, el pase extra y un uso y abuso del P&R (por cierto, ¿Cómo es que nunca funcionó la conexión F. Reyes-Prigioni?).

Camino de la Copa del Rey, ya había muescas en la culata del mister, Bullock y S. Vidal, principalmente, eran los damnificados. Broncas, reprimendas publicas, enfrentamientos, malas caras, etc. Parecía que había fisuras entre algunos jugadores y el entrenador.
Messina empezó a mostrar algunas carencias, tanto en lo deportivo (algunos entrenadores le ganaron la partida de forma sorprendente), como en lo humano (el enfrentamiento “enmascarado” con algunos jugadores era patente).
En la Copa, se llegó fácil a la final, parecía que la magia y el aura que envolvía a Messina empezarían a dar dividendos, primer titulo en juego y ya estábamos en la final.
El resultado fue terrible, nefasto, el Madrid fue barrido (por decirlo suave) por un Barça superior, en todo, absolutamente en todo. Las críticas más desmesuradas fueron para el entrenador, incluso muchos pedían su cabeza ya.
Está claro que Messina tenía parte de culpa, pero yo me pregunto, ¿Rindieron todos los jugadores como debían?, ¿Por qué se castigó tanto al entrenador y muchos de los jugadores salieron de rositas?.

La fractura entre entrenador-jugadores-aficionados, empezaba a ser visible. El equipo estaba tocado tanto física como anímicamente (¿Cómo debía estar el entrenador?) y con esos ánimos, al Top-16.
El grupo no era una perita en dulce, pero tampoco para sufrir como se sufrió. No se jugó bien, se salvó el match-ball contra el Siena, pero se falló estrepitosamente contra el Maccabi, y de que forma, los veteranos, los que tenían que ganar ese tipo de partidos, los jugadores fichados para eso, los Garbajosa, M. Jaric (tocomocho), Kaukenas, etc, fallaron, se escondieron, no dieron la cara y gracias a ello, dos penitencias.
La primera, deportiva, el Barça en cuarto.
La segunda, institucional, en un partido, se había evaporado la milonga que habían intentado vender desde el club, lo del proyecto a 3-4 años. Y yo me vuelvo a preguntar, ¿Qué culpa tuvo Messina de que a algunos se les encogiera la mano?, ¿Qué a otros les temblaran las piernas? Y lo peor, ¿Qué algunos se cagaran a la hora de la verdad?. Si, ya se que también tiene culpa, como haber fichado a esos jugadores, castigar a otros y no contar con algunos, pero es justo que a cada uno lo suyo, y no todo el marrón para el mismo.

¼ Euroleague. Barça-Madrid. Posiblemente el momento más critico de la temporada, un equipo tocado física y anímicamente se enfrentaba al equipo más en forma de Europa, una maquina de jugar a eso que llamamos baloncesto, incluso, para algunos, de los mejores de la historia.
En esa eliminatoria, el Madrid toco techo, se jugó bien, todos estaban implicados y concienciados, se hizo el mejor baloncesto de la temporada (desde mi punto de vista), pero en frente, un equipo, que en esos momentos, era inalcanzable para el Madrid. Messina estuvo perfecto, rápido, ágil, espabilado y tomando la iniciativa en todo momento, incluso diría que fue mejor que X. Pascual, pero ese Barça, como equipo era mucho mejor que el Madrid.
Se perdió la eliminatoria (y por desgracia, algo más), incluso, nunca se dio la sensación de poderse ganar, y fue allí, donde más tocado estuvo el entrenador, inclusive se pensó y sonó mucho la destitución de Messina.
Para mí, en esa eliminatoria, se vio al mejor Messina (lo de Velickovic y Tomic, de maestro), por el contrario, otros quedaron muy retratados, jugadores que no estuvieron a la altura de las circunstancias (deportivamente ablando), de su nombre y lo peor, de su contrato.

Con el equipo bajo mínimos, con algunos pensando en su futuro, con otros “dejándose llevar” y con muchísimas dudas, llegaron los play-off de la ACB.
El CajaSol, casi nada, la mejor defensa de la liga contra un equipo que se había acostumbrado a los 60 puntos como tope. La eliminatoria fue infumable, el CajaSol dominó la eliminatoria, pero la calidad individual del Madrid la decantó a su favor. En contra de Messina, al contrario que contra el Barça, Plaza le ganó la partida.
Muchos cadáveres deportivos por el camino, demasiados, algunos por meritos propios y otros por obra y gracia del entrenador.


Semifinales, el Baskonia como rival y como claro favorito. El Madrid, otra vez, resurge de sus cenizas y nos ofrece una eliminatoria magnífica, sensacional. Lo que en un principio parecía una eliminatoria claramente decantada, el Madrid se salta el guión y ofrece batalla. Otra vez, Messina nos recuerda a aquel que se le suponía, le gana la guerra de los banquillos a D. Ivanovic, pero el C.L se lleva las semis y se planta en la final.
La eliminatoria se decidió por pequeños detalles, esos que diferencian a un equipo cohesionado y fuerte de otro débil y falto de confianza y en eso, si, en eso la mayor parte de la culpa es del entrenador.

Fin de temporada y mucho que analizar.
El equipo estuvo desde el principio mal diseñado y confeccionado, se despidió gente que tal vez hubiera podido ser útil y fueron sustituidos por otros que no estuvieron a la altura. Se ficho mal, muy mal y cuando se intentó arreglar algo, fue peor el remedio que la enfermedad.
En contra de Messina, bastantes cosas. Era el principal responsable de los fichajes (tanto los malos como los buenos), ¿alguien cree que se fichó algo sin su consentimiento?.
Los castigos incomprensibles a bastantes jugadores desestabilizaron a la plantilla e incluso su arrogancia y presunción en ese tema le pasaron factura al final.
Su carácter (prepotente y petulante), bueno para algunas cosas, nunca casó con el “factor humano” del equipo.
Falto autocrítica y humildad por parte de Messina, y más en una liga dura como la ACB que nada tiene que ver con la liga rusa e inclusa con la italiana. Sobró vanidad y presunción incluso impertinencia en algunos momentos y falto respeto y estima hacia los jugadores, aficionados, institución e incluso medios.
En líneas generales, la temporada fue un fracaso y parte de la culpa fue de Messina, parte, no toda como muchos querían y deseaban, pues algunos jugadores también fueron culpables y responsables de ese descalabro.

Terminada la temporada, comenzaron las especulaciones, si se larga, si le echan, si ya hay otro entrenador fichado, etc. Todo eso, malo para el Madrid, y entre tanto cachomdeo, ya teníamos ahí la nueva temporada.
De ese periodo, me gustaría destacar dos cosas.
Primera, todos los aficionados esperábamos que alguien compareciera (lo idóneo hubiera sido el entrenador) para analizar y matizar las conclusiones finales de la temporada y eso nunca se produjo. En su lugar, la destitución de Maceiras, que por desgracia para él, siempre llevó colgado el cartel de sospechoso por su pasado blaugrana.
Segunda a Messina, por fin, le ponen un jefe (incluso Messina necesita uno, pese a quien pese) y ya tendrá a alguien a quien pedir explicaciones y rendir responsabilidades.
Personalmente y desde mi punto de vista, creo que la continuidad y valía de un entrenador la deben marcar los resultado, por eso creo, que esta temporada, a Messina le salvó el curriculum, pero que en la próxima las exigencias y pretensiones serán mayores, se aceptarán y tolerarán menos errores y se le demandarán más responsabilidades. En conclusión, “saltar sin red”.

Temporada 2010/11. Se ha reducido ampliamente el número de movimientos en comparación con la temporada anterior y eso, dentro de lo que cabe, es buena señal (igual ahora si podemos hablar de proyecto).
Por lo visto y fichado, parece que son movimientos consensuados y que no son solo responsabilidad de una única persona.
¿Se ha fichado bien? y ¿Qué parte de responsabilidad tiene Messina en los fichajes?, estas parecen ser las principales cuestiones en este principio de ejercicio.
Que Messina cuenta a la hora de decidir un fichaje, yo no lo pongo en duda, pero que su opinión cuenta menos que antes, es indiscutible.
¿Se habrá fichado bien?. La respuesta será afirmativa si:
S. Rodríguez es el base rápido y dinámico que todos recordamos. C. Tucker cierra muchas bocas aceptando su nuevo papel y olvida su faceta de primera opción ofensiva. C. Suárez sigue creciendo y se confirma como el mejor alero nacional de la competición. Y D. Fischer es ese tronco poderoso e intimidador que era en el Maccabi.
Por el contrario, la respuesta será negativa si:
S. Rodríguez se siente en la obligación de cambiar su peculiar estilo de juego para tener que adaptarse a un juego más pausado y controlado. C. Tucker no asume su nuevo rol y se tira hasta las zapatillas con pobres porcentajes. C. Suárez se estanca y ve reducida su cuota de minutos y protagonismo. Y D. Fischer se olvida de lo que ha hecho toda su vida y le da por jugar más abierto e intimidar menos.

Pero a lo que vamos, Ettore Messina. Lo ideal sería que el entrenador hubiera aprendido de las equivocaciones de la campaña pasada, que asumiera desde un principio que cometió errores y se adjudicara con humildad la necesidad de rectificar por el bien del colectivo y para evitar situaciones embarazosas como las que se produjeron en algunos momentos de la temporada pasada.
Por el contrario, si no se corrigen algunos errores, se continua con esa actitud arrogante y prepotente y opta por “morir con mis ideas” en lugar de rectificar, la temporada puede ser muy larga y penosa.
El equipo es mucho mejor que el del año pasado, hay más mimbres, más talento, muchísimas más opciones y combinaciones, en definitiva, un equipo para luchar de tú a tú con el Barça, pero, esto está única y exclusivamente en manos de Messina y de cómo afronte él la situación.

Primeras sensaciones. No son buenas, aunque es pronto, esto recuerda demasiado al año pasado. El equipo está mal diseñado (muchos cuatros y ningún tirador), hay carencias en el tiro exterior (¿Por qué no se apostó fuerte por R. Martínez?), castigos (Velickovic), broncas (Prigioni), rotaciones cortas (una plantilla con 12 fichas y rotaciones de 8-9 como máximo) y cada partido se anotan menos puntos (preocupante el descenso progresivo en los últimos cuatro partidos).
Mención especial merece lo de Prigioni, pues, en teoría, es (era) su hombre de confianza, el que debe (debía) ser su prolongación en la cancha, y por el contrario, a las primeras de cambio, hay enfrentamiento y para terminar de joder, publico. ¿Qué le pasa al perro que muerde a su dueño?.
Es pronto para sacar conclusiones, pero una cosa está clara, un año de fracaso se aguanta y más si uno se llama Messina, pero dos no.
Me atrevería a aventurar, que si esta temporada no se gana la Liga o la Euroliga, será el último año del italiano en el Madrid y por cierto, si esto pasa o pasara, no acabaría el mundo ni mucho menos, pues primero es el R. Madrid y después lo otro, jugadores, entrenadores e incluso presidentes.

Personalmente, apuesto por Messina, aunque crítico, todavía confío en él y nunca he sido partidario de los cambios una vez comenzada la temporada y menos del entrenador, aunque si la situación se vuelve insostenible, es una medida impopular pero ha tenerse en cuenta.

miércoles, 13 de octubre de 2010

"El caso Rudy"

Mi intención era esperar a conocer el desenlace final de la historia, pero como parece que esto será más largo que un culebrón venezolano (me río yo de la famosa “decisión” de LeBron James) y animado por el comentario que me propuso una buena amiga, he decidido adelantarme a los acontecimientos y explicar desde mi punto de vista lo que creo es, ha sido y será "el caso Rudy".

 


Intentaré hacer un resumen más o menos certero en la cronología de todo este proceso y ya de paso dar mi opinión de cada una de las tres etapas en las que creo se podría dividir este contubernio, eso si, siempre desde mi punto de vista.

1ª Etapa. La NBA, ese sueño.

Todo comenzó haya por el mes de Junio de 2008, que es cuando el jugador anunció su intención de abandonar la ACB rumbo a Portland.
Sus primeras declaraciones fueron las típicas en esos casos, “todos deseamos jugar en la NBA”, “intentare ganarme los minutos”, “voy con la intención de luchar y aprender”, “se cumplirá un sueño”, etc, lo dicho, las originales frases de despedida.
En Septiembre de ese año el jugador aterrizó en Portland, pero no nos equivoquemos, no lo hizo como un rookie cualquiera (por desgracia en los USA no lo vieron así). Acababa de colgarse la medalla de plata en Pekín, donde había cuajado un campeonato notable. Había sido el máximo anotador de la ACB, el jugador con más recuperaciones, incluido en el quinteto ideal de la competición y compartió el galardón de MVP con M. Gasol. Con su club, el DKW Joventut, ese año ganó la Copa del Rey y la ULEB, competiciones en las que fue elegido MVP. Vamos que de novato más bien poco y tal vez, indirectamente, eso le perjudicó.
Días antes, en Pekín, su futuro entrenador se descolgaba con unas declaraciones, que a posteriori, tampoco le hicieron ningún favor. “Rudy me quita el sueño”, “Tras ver el campeonato que está realizando, empiezo a tener dudas en las rotaciones”.


Esas declaraciones sirven para que a Rudy le salga el primer “amigo” en Portland, T. Outlaw, el cual empezó a cargar el ambiente declarando que no quería volver a ser el sexto hombre, que aunque Rudy había jugado unos buenos juegos y J. Bayless se había salido en la liga de verano, él quería ser titular. Consecuencia de ello, las primeras fisuras en la plantilla, y eso, sin haber comenzado la pretemporada.
En plena pretemporada, el hábil N. McMillan se descuelga con otra perlita, para facilitar la adaptación de nuestro jugador, asegurando que en las rotaciones M. Webster iba por delante de Rudy y T. Outlaw.
Durante la temporada, el jugador combina buenas actuaciones con otras no tan buenas y con algunas regulares. En líneas generales, la temporada sin ser buena, tampoco es mala. Durante este periodo de tiempo hubo un detalle, que aunque estaba siendo ensalzado por muchos, a mí, personalmente, no me gustaba, y era lo de los triples y el famoso record. Rudy se estaba encasillando en un aspecto del juego, el de triplista, cuando su mejor arma siempre había sido la polivalencia y versatilidad.
En eso, que llegó la oportunidad soñada, se lesionó el alero titular, N. Batum, y cuando todo parecía indicar que Rudy, por fin, disfrutaría de la titularidad y de minutos de calidad, la lumbrera de McMillan colocó a M. Webster en el quinteto titular, tal como había anunciado en pretemporada (¿hay guiones preescritos de antemano en la NBA?), e incluso T. Outlaw se coló por delante.
Una primera temporada difícil, pero buena dentro de lo que cabe, hubiera podido ser mejor, pero como toma de contacto no estuvo mal. Lo mejor, el record de triples, la participación en el concurso de mates del All-Star y la buena amistad con B. Roy.
Pasamos a la segunda temporada, y esta ya comenzó calentita en pretemporada. Empezó a circular el rumor de que los Blazers estaban interesados en Turkoglu y Rudy se despachó a gusto, declaró que quería más minutos, que no quería “chupar” tanto banquillo y que quería ser un jugador importante. Y tras esas declaraciones, las primeras bombas, “si esto no puede ser, que me traspasen a otra franquicia”, “no me importaría regresar a Europa”.
La temporada empezó con más pena que gloría para Rudy, sus declaraciones habían caído en saco roto y poco a poco se había convertido en un especialista, un jugador de rotación, un simple tirador de triples. La temporada estaba siendo mala y encima, aparecieron las lesiones.
En eso, se hizo la luz, se lesionó B. Roy y otra vez se habrían las puertas para nuestro chico, pero otra vez la desilusión y el desengaño, si primero fueron Webster y Outlaw los que le cerraron el paso, ahora fue otro “invitado”, J. Bassley el que le rebasaba por obra y gracia de McMillan.
Ya sin S. Rodríguez y con la moral y confianza por los suelos, la temporada fue mala y su rendimiento mediocre, un jugador tan válido y con tantos recursos, rebajado a simple “tiratriples”.
Y para rematar el fracaso, los Play-off, donde su rendimiento dejó mucho que desear y la apatía, desgana y frustración fueron sus muestras de identidad contra P. Suns.
Era (mejor dicho, es) tiempo de cambio, de decisiones y de replantearse muchas cosas.
¿Europa?, ¿Intercambio?, cualquier opción sería mejor que continuar en Portland.

Mis conclusiones sobre esta 1ª Etapa son las siguientes:
Faltó acomodo a un modelo y una forma de vida diferente, tanto en lo deportivo como en lo personal. El jugador nunca dio la sensación de estar adaptándose a la filosofía de vida de la NBA.
En lo deportivo, nunca definió su posición, ni como escolta, ni como alero.
Como escolta (su posición idónea en la NBA), tenía a B. Roy por delante y este si era insuperable, otra cosa era lo de J. Bayless.
Como alero, le faltaba físico principalmente. Pero tenía muchísimas cualidades que hubiera podido explotar, potencia, salto, velocidad, tiro, versatilidad, polivalencia, en definitiva, muchas, por eso no me pareció correcto lo de reciclarse a “tiratriples” sin más.
Calidad y clase tenía de sobra (tiene) para competir con los Outlaw, Webster, Batum y Bayless, otra cosa es que no pudiera, que no quisiera o lo más grave, que no le dejaran (¿verdad McMillan?). Conclusión, el jugador no está ni con el entrenador ni en la franquicia adecuada.

2ª Etapa. Declaraciones. El Triple eje.
3ª Etapa. Retornar a Europa, ¿sueño imposible?.

Estas dos etapas, aunque diferentes entre si, deben analizarse en conjunto, pues tienen como propósito el mismo resultado final. Rudy, Portland, Madrid y Barça. Todos con diferentes estrategias, pero con un denominador común, sacar el mayor provecho de la situación y salirse con la suya.
Todo empieza al finalizar la temporada 2009/10. La temporada de Rudy no ha sido buena y aparece el nombre del Madrid (por no decir los euros de F. Pérez) en escena, el cual, si es verdad o una invención de su agente, sirve como detonante principal de la situación actual.
El primero que asoma, es el propio jugador con declaraciones como estas.
"Siempre he pedido una mayor responsabilidad dentro del equipo pero este curso no me han dado la oportunidad. Algo así te descentra por completo, puesto que no sabes lo que va a suceder el año que viene".
"Si me planteara ir a Europa no sería un paso atrás. Quiero jugar, sea en la NBA, en Europa o en China".
"Son dos grandes equipos y yo nunca cierro las puertas a nadie. Si alguien me presenta un proyecto ambicioso por supuesto que me replantearía la posibilidad de volver. Pero no he hablado ni con Sandro Rosell ni con Florentino Pérez". Es lo que responde a la pregunta de que si detrás de sus declaraciones se esconde la intención de regresar a España, concretamente a Barcelona o Madrid.
El Madrid ha sido el primero que ha sonado, pero con un contrato de 1´2 millones de dólares, el jugador esta al alcance de otros grandes como el propio Barça, CSKA, Olympiakos y Panathinaikos, con los cuales en algún momento se le llega a relacionar. Pero solo hay dos equipos que parecen estar destinados ha enfrentarse por el jugador, el Madrid y el Barça.
Mientras la oferta inicial del Madrid se esta enfriando, el Barça hace publico su interés, tanto para esta temporada como si tiene que esperar a la próxima, y con esta intención hace los primeros movimientos de mercado, la renovación a la baja de Grimau y Basile, solo por un año, claro síntoma de intenciones.
Supuestamente, el Barça hace su primera oferta, 19 m/€ por 5 años, lo que supone 2´4 m/€ limpios por temporada, oferta muy superior a la presentada por el Madrid (2 m/€ limpios).
Como parece que hay intención por parte de los dos equipos futboleros de repatriar al jugador, McMillan se descuelga (otra vez) afirmando que cuenta con el jugador y esta vez, como primer relevo de B. Roy.
Van pasando los días, y en plena pretemporada, con Rudy en la segunda unidad, se filtran las cantidades que se manejan y con las que se especula que podría fichar el jugador. 5´4 m/€ brutos (aproximadamente unos 3 m/€ netos), una cantidad prohibitiva, incluso para los clubs futboleros y más cuando desde los despachos se ha instado a los jugadores a rebajar sus sueldos.
El Madrid se replantea de nuevo la posibilidad de la incorporación, remitiéndose a la primera oferta que hizo y que posteriormente retiro (un poco mas de 2 m/€ netos), pues sabe que una oferta superior desestabilizaría el presupuesto y el vestuario, donde ninguno se acerca, ni por asomo, a esa cantidad. Es más, algunos de los jugadores importantes del equipo de futbol están por debajo de esta cantidad.
El Barça, por el contrario, tiene el baremo que marca Navarro y que es mucho mayor que los dos millones y poco del Madrid, y son conscientes que llegado a este punto, la primera opción, y en igualdad de condiciones, son ellos.
Entre tanto desbarajuste, el jugador se descuelga afirmando que su primera intención es seguir en la NBA (¿buscando un “trade”?) pues todavía le queda un año de contrato y si Portland decide retenerlo hasta 2012, su sueldo sería entonces de 2´4 m/€ por temporada.
Todas estas declaraciones, especulaciones y rumores son muy bien aprovechadas por el G.M de Portland, el cual declara que no liberará a Rudy, y mientras, lo está ofreciendo a toda la NBA a la espera de ofertas, como si de un mercadillo persa se tratara. El jugador es consciente de ello y afirma por activa y por pasiva que su prioridad es continuar en la NBA (N.Y y Boston son sus preferencias), por encima de cualquier oferta que pueda llegar de Europa.
Unos días de calma y otra vez al lío. El jugador ha sido ofrecido a todas las franquicias y para sorpresa de los dirigentes de Portland y del propio jugador, nadie se ha involucrado en un traspaso serio, resumiendo, un par de semanas en el mercado y lo que han ofrecido por el jugador ha sido, ¡nada!. Seguramente como el jugador, o mejor dicho, su agente, se olían algo, Rudy (retrocediendo en el tiempo y retomando el argumento principal) se deja querer por el Barça, declarando,”Si vuelvo de la NBA, el Barça tiene muchas posibilidades”.
Parece que el asunto ha llegado a un punto sin retorno y el jugador está dispuesto a forzar al máximo.
Primera medida, llegar tarde, sembrar la incertidumbre y lo más importante en estos casos, rajar (con las pertinentes multas y sanciones que esto acarrea).


"No quiero jugar más en la NBA. Pediré que me liberen para volver a España con mi familia".
“Quiero demostrar respeto a la franquicia de los Blazers, a la ciudad de Portland y a los aficionados del equipo. Quiero ir día a día con los objetivos de este año. Pero en mi corazón mi deseo es volver a casa, estar cerca de mi familia, de mis padres y de mis amigos. Espero y creo que todos los fans de Portland me puedan entender. Si en algún momento he dicho algo incorrecto pido disculpas".
"No me siento bien en la NBA".
Estas declaraciones, que demuestran a las claras la intención del jugador, se pueden interpretar de dos formas. ¿Estado anímico del jugador o plan estratégico?. Mientras todos los aficionados nos estábamos posicionando a favor de una opinión u otra, se filtran las declaraciones de Joan Bladé, directivo de la sección de basket del Barça (que de paso dejan al jugador “con el culo al aire”).
"En el caso de que se desvincule de la NBA es uno de los jugadores por el que haremos el máximo esfuerzo para incorporarle".
Todas las incógnitas quedan resueltas con estas declaraciones, el jugador y sus agentes están orquestando un plan minuciosamente estudiado que tiene que dar como resultado con el jugador fuera de la NBA, o mejor dicho, fuera de Portland.
Las declaraciones (y multas) continúan y el ambiente es insoportable, incluso para los simples aficionados, pues esto en vez de ser un tema deportivo, tiene pinta de culebrón venezolano, en el que nadie tiene ni la más remota idea de cómo puede terminar.
Y mientras, el jugador (y sus agentes) a lo suyo.
"Echo de menos a mi familia y a mis amigos. También echo de menos la competición europea". ¿Pistas inequívocas sobre su futuro?.

Una vez expuesto todo el tema, desde mi punto de vista hay tres opciones.
1ª. Con un 10%. Que recale en el Madrid (muy remota, aunque me gustaría equivocarme).
2ª. Que continúe en la NBA con un 20% (muy difícil, pero no imposible).
Y 3ª. Al Barça (me temo que será esta), con el 70% de posibilidades.

Sobre la 1ª, un servidor lo ve difícil por varios motivos.
El caché del jugador es muy elevado y ninguno de los jugadores del equipo (incluso algunos, e importantes, del de futbol) se acerca a esa cantidad.
La sección es deficitaria (¿saldría rentable en el apartado mediático este fichaje?) como muy bien recuerda cada dos por tres el presidente y sus allegados.
Y la más importante, en igualdad de condiciones (F. Pérez tendría que hacer un esfuerzo económico muy importante) el jugador parece decantarse por el Barça. Amén de su “antimadridismo” declarado.
Sobre la 2ª. Puede continuar en la NBA, pero difícilmente en Portland (si continua en Oregón, la temporada, después de todo lo vivido, puede ser un infierno) y esto pasa por un traspaso. Seguramente, si este se produjera, Portland recibiría muy poco a cambio, y tendría que ser de alguna franquicia que interesara al jugador, pues si no es así, más de lo mismo.
Personalmente, me gustaría que siguiera en la NBA, pues creo que tiene sitio en esa liga y mucho aún por demostrar.
Franquicias “europeas” como N.Y o Toronto serían una buena opción, y otras donde podría ser importante como Boston o Denver (ojito con los Nuggets si al final se desprenden de C. Antony) también lo podrían ser.
3ª Opción. Si tengo que apostar un euro, me lo juego a favor del Barça, pues es el mejor situado, tanto a nivel económico como deportivo e incluso humano.
Tienen dinero, mucho dinero.
Hoy por hoy, son el equipo más sólido de Europa y candidato a ganarlo todo.
Y en sus declaraciones, se denota un mayor interés por vestir de Blau-grana que de blanco. ¿Cuántas veces ha nombrado al Madrid en sus declaraciones?, ¿y al Barça?.
No se si será esta temporada o la próxima (cuanto me recuerda todo esto al fichaje de D. Villa), pero me temo (repito, ojala me equivoque) que tendremos que hacernos a la idea de verlo en el Barcelona.

Gracias Pecosa por incitarme a dar mi opinión sobre “el caso Rudy”.