Personalmente, no me ha gustado esta Selección USA.
Me ha parecido un equipo estereotipado, mal construido, excesivamente descompensado y falto de equilibrio y conjunción. Pero aún así, ganaron el Oro (es lo que tiene el contar con los dos mejores jugadores del mundo).
En mi opinión, el basket estadounidense no está progresando como debiera, no es mejor que hace un par de lustros e incluso parece que está involucionando, en retroceso. Justo todo lo contrario de lo que pasa en un baloncesto europeo, mucho más rico y competitivo que hace unas décadas.
Y esto empieza a notarse.
Es cierto que nunca dio la sensación de que pudieran perder la final, pero les tocó sufrir. No pudieron romper el partido, ni tan siquiera gozaron de ventajas cómodas y tuvieron que currar duro y esforzarse al máximo durante todo el encuentro.
Principalmente en la finalísima y en menor medida contra Lituania (partidazo), quedó claro que lo pasan mal frente a Selecciones disciplinadas, ricas tácticamente y generosas tanto en el esfuerzo individual como colectivo. En definitiva, frente a Selecciones con excelente y egregia cultura baloncestística.
Ante este tipo de equipos (una lástima la ausencia de Serbia y no verles frente a Rusia) tuvieron que aplicarse al máximo, se les exigió y en ese esfuerzo salieron a relucir carencias y debilidades. Principalmente, la falta de equilibrio y el tener un equipo excesivamente descompensado.
Lo rifaron todo a la calidad individual, al poderío físico, al musculo y a la potencia. Todo eso se antepuso al control del juego y a la táctica, pues era frecuente verles “llegar y tirar”, arriesgar al máximo en defensa para robar y salir al contraataque (evitando así el exceso de elaboración) o el jugársela al acierto exterior. Demasiado poco para lo que se le presupone a la mejor Selección del Mundo.
Si quieren mantener la hegemonía son imprescindibles algunos cambios. Los más importantes, el entrenador y en el sistema de convocatoria y preselección.
En lo referente al primer punto parece que ya se está por la labor y nombres como los de D. Rivers, D. Collins y G. Popovich han empezado a sonar como posibles sustitutos de un cuadriculado Mike Krzyzewski.
El segundo punto es más complicado. USA Basketball habla en exceso de “equipo” y utiliza esta palabra como si de un referente se tratara pero a la hora de la verdad, termina convocando al mayor número de estrellas posibles.
Preseleccionar a una pléyade de figuras no garantiza tener un gran equipo, ni mucho menos. Y este es el error.
Hay jugadores muy importantes a los que les cuesta adaptarse al basket FIBA, que no asimilan un cambio de rol y les cuesta aceptar un papel más secundario.
Jugadores como Ch. Paul, R. Westbrook, J. Harden, A. Iguodala, R. Gay, Ch. Bosh, C. Boozer y T. Chandler podrían ser un buen ejemplo de ello y otros “futuribles” como Z. Randolph, A. Stoudamire o M. Ellis, posiblemente también podrían añadirse a este grupo.
En mi opinión y a día de hoy, este es el equipo más equilibrado, compensado y competitivo que la USA Basketball podría conformar.
D. Williams, J. Wall y K. Irving como Bases. En el perímetro, D. Wade, E. Gordon, K. Durant, L. James y C. Anthony. Y B. Griffin, D. Lee, K. Love y D. Howard en el juego interior.
También habría que tener en cuenta a D. Rose y S. Curry dependiendo de cómo se recuperen de sus lesiones, a R. Rondo si es “indultado”, a los jóvenes E. Turner y A. Bynum que más ponto que tarde deberán explotar y a otros como B. Roy (a la espera de ver cómo responde), D. Granger, D. West, La. Aldridge o A. Jefferson que a buen seguro se adaptarían a este equipo sin ningún problema.
Team Usa. Oro, si, pero mejorables, muy mejorables.