martes, 14 de septiembre de 2010

España, Mundobasket 2010, "la pasión turca".

Después de la decepción que supuso la no lucha por las medallas y pasado un tiempo prudencial, intentaré analizar lo que ha sido la selección española en este Mundobasket de Turquía 2010.



Se han jugado nueve partidos, se han ganado cinco y se han perdido cuatro, el porcentaje de victorias es del 55%, no es para estar orgullosos precisamente.
Francia primero, Lituania justo después, Serbia en la lucha por las medallas y Argentina en el último partido en la lucha por el 5º puesto, nos han sacado los colores o como se dice normalmente, “nos han pintado la cara”.
Sextos al final y con un regusto más que amargo, y no por la posición, si no por la imagen y como se ha jugado y lo peor de todo, porque la gran mayoría pensamos que se podía hacer más mucho más y esa sensación es la que escuece, la que amarga de verdad y la culpable de que, hoy por hoy, el aficionado “de a pie” pida, no, exija responsabilidades, porque culpables haberlos los hay.

España-Francia, la primera derrota, 72-66. No se controló el tempo del partido, y eso en el inicio del campeonato, posiblemente, sea lo más importante, pues denota que el equipo sabe lo que quiere y a que quiere jugar. La defensa interior no existió y la fortaleza física de Francia encontró por ahí un buen camino para hacernos daño. No había ideas en ataque y ni Ricky ni R. López consiguieron asentar el juego ofensivo del equipo, consecuencia, mala selección de tiro y peores porcentajes. Si a todo esto sumamos la falta de intensidad defensiva y que la selección no corrió, ni tan siquiera lo intentó, pues ahí está el primer resultado, derrota.
Primeras conclusiones: El equipo demostró estar mentalmente flojo. No se ha sabido canalizar el juego de ataque. Sufriremos mucho contra equipos físicos y que estén muy amarrados tácticamente. Pero lo más importante es que Francia ha enseñado al resto de selecciones como se le puede y debe jugar a España.

Al día siguiente, Nueva Zelanda, pagó los platos rotos, 101-84, un resultado amplio, lógico por otra parte y que no deja sacar muchas conclusiones pues entraba dentro de la lógica una victoria así.

Tercer partido y segunda derrota. España 73 – Lituania 76. Más preocupante que la derrota en si, la forma de producirse.
Un partido que teníamos ganado, pero que en los últimos momentos Lituania volteó y se llevó la victoria. El déficit físico de esta selección y la debilidad reboteadora son alarmantes y se empieza a dudar de que los 12 seleccionados sean los adecuados. La derrota ante Francia se podía considerar como “un accidente”, pero esta y la forma de producirse abren nuevas incógnitas y preguntas. Otra vez parece que pasa algo, el equipo no rinde, no responde y el ambiente no parece el adecuado, se empieza a respirar ese tufillo viciado que nos recuerda al inicio del europeo de Polonia, pero esta vez, por desgracia, no tenemos a P. Gasol. Pintan bastos.
Para enredar más la madeja, esa misma noche, el seleccionador se despacha a gusto en unas declaraciones en las que suelta “perlitas” como,”no estamos concentrados”, “jugamos precipitados”, “debilidad mental”, “ansiedad” y “estado de shock”. Casi nada y más si quien lo dice es el que se supone que tiene que liderar y dirigir al grupo.
Más conclusiones: El equipo tiene dudas. Faltan jugadores de carácter. ¿Son necesarias tantas rotaciones?, ¿se hacen en el momento acertado?. Y la más importante, ¿existen diferencias técnicas y tácticas entre los jugadores y Scariolo?, esta pregunta se ha ido respondiendo a lo largo del campeonato, y es una de las principales razones de este fracaso.

Visto esto, ¿otra vez motín?, no, esta palabra no existe, se enmascara en “autocrítica”, “autogestión” y reuniones “amigables” para jugar a la pocha. Esto pinta mal, muy mal dos derrotas y una victoria para unos cruces demoledores.

Líbano (57-91) y Canadá (67-89) sirven para relajar un poco el ambiente, victorias fáciles ante equipos sin identidad. Nos presentamos a octavos con un balance de 3-2, con más sombras que luces y con muchas, muchísimas dudas.

Antes de analizar lo que han sido los cruces, creo que es muy importante e interesante comentar unas declaraciones del Sr. Scariolo en la cadena Cope justo la noche que se ganó al Líbano, pero que todos los comentarios de prensa, radio, Tv, aficionados, etc, velaban aún en el porqué de la derrota ante Lituania. Lo que tenía que ser una simple entrevista casi desemboca en una pelea dialéctica al más puro estilo tabernero y barriobajero.
J.A Alcalá le deja caer lo de la “autogestión” y en ese momento, el tono del entrenador cambia totalmente y no precisamente para ser más agradable. En ese punto, Pilar Casado le insinúa que P. Sáez, en una comida con la prensa ha dicho que el grupo saldrá de esta haciendo “¡autogestión!”, lo cual provoca que Scariolo se salga de tono y la conversación pase a otro nivel. Como la cosa no estaba lo suficientemente caliente, aparece en escena Siro López, el cual acusa al entrenador con una frase como, “no es culpa de concentración, la culpa es de las rotaciones sin sentido”. Scariolo, en esos momentos acusa al periodista de no tener ni idea, de convertir eso en una discusión entre aficionados y no de profesionales. Imputando días después a ese periodista de llevar más de 20 años sin radiar ni transmitir baloncesto.

El ambiente esta que arde, muy caldeado y la verdad es que con todos buscando culpables (que los hay), no es la mejor forma de afrontar unos cruces decisivos.

Octavos de final, España 80 – Grecia 72. Un partido más fácil de lo previsto. Grecia propuso lo de siempre, dureza física y mental, ritmo lento, partido trabado, etc, pero esta Grecia está en clara cuesta abajo, nada queda o muy poco de la Grecia competitiva de hace un par de años, incluso baluartes como Bourousis, Spanoulis y Diamantidis han rendido muy por debajo de lo esperado y con estos argumentos, Grecia por muy tocada que esté España no es rival.
Buena defensa zonal, magníficos en el 2x1 contra sus pivots y controlar el ritmo es lo que propuso España para ganar y lo hizo, y la verdad es que más fácil de lo que parecía en un principio. Por desgracia la fragilidad en la zona es alarmante y una gran brecha en la estructura del equipo, que más pronto que tarde tiene que pasar factura.
Del partido también habría que destacar, por fin, la aparición de nuevos jugadores que pueden y deberían ser importantes (si les dejaban) como F. Vázquez, Llull y F. Reyes (su único partido bueno), y muy necesarios (por no decir imprescindibles) para intentar alcanzar las cotas marcadas en un principio.

Se ganó fácil, tal vez demasiado y como no, reapareció el optimismo, volvíamos a ser favoritos, no teníamos rival, la medalla de oro ya era nuestra, etc, lo que por desgracia pasa siempre en este país. Pero solo un espejismo, esto era lo que era, un espejismo. Serbia nos esperaba en cuartos y la selección, pese a la clara victoria ante Grecia, aun transmitía vacilaciones, titubeos y dudas, y no pocas, bastantes.

Pero del partido de Serbia, reacciones y declaraciones, Scariolo, FEB y juicios a los jugadores hablaremos mañana.
Fin de la primera parte.

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