Los Disidentes Madridistas!!! (2ª Entrega).

Antes de empezar, es imprescindible haber leído la entrada (Los Disidentes Madridistas) publicada por el compañero @Brice en 24 Segundos en blanco para poder entender y comprender lo que aquí se intentará evidenciar.

Tomando esa entrada como base principal, este post pretende ser una vuelta de tuerca más a un tema que algunos, una minoría no silenciosa, creemos muy importante y de vital importancia para el devenir del baloncesto blanco.

Este pequeño grupo (por ahora) de aficionados estamos totalmente en contra de la forma de actuar y proceder de cierta parte del “entorno” mediático que rodea a nuestro equipo.
Un entorno repleto de “palmeros” y “mariachis” que amparados en un “supuesto” madridismo, solo defienden sus propios intereses, a ellos mismos y a los medios que les pagan.
Y de eso se trata, de denunciarlo.

Es frecuente que ante nuestros “supuestos” ataques, su respuesta se reduzca, ante la falta de una argumentación más sólida, a frases tan ridículas, obsoletas y vacías como las de acusarnos de “No tener ni puta idea de baloncesto”, o “No llevar 50 años viendo basket”.
Y es ante tales acusaciones y estando en un país democrático (¿debe ser esto lo que les jode?), que uno no puede más que preguntarse: ¿No deberían ser todas las opiniones, aunque se trate de la del simple aficionado, como mínimo respetables?. Pues no, parece que no. Y lo mejor, ¿Qué pasa con los que ni tan siquiera llegamos a esa famosa edad de los 50 años?, ¿tampoco tenemos derecho a opinar?, ¿o para hacerlo, hay que pertenecer a un “hogar del jubilado”?.

Hay algunos profesionales que ni aceptan, ni soportan que se les lleve la contraria, que están anclados en un pasado rancio y caduco y que su inopia tolerante no les permite aceptar que los simples aficionado disintamos de su síntesis y podamos defender (y enjuiciar) al Madrid desde otro punto de vista, desde una crítica constructiva (y a veces, no exenta de dureza) y todo esto ¡sin ningún ánimo de lucro ni obtener beneficio en ello!.

Se nos intenta vender una falsa realidad, engalanada en una euforia desmedida (ya nadie parece acordarse de los tres primeros meses del Madrid de Messina) que choca frontalmente con las derrotas sufridas ante equipos competitivos como Barça, Maccabi, Bilbao o Partizán.
Y se ensalza el juego del equipo casi a la altura del “Show Time” sin reparar en que la defensa, que es lo que de verdad da títulos, brilla por su ausencia y se intenta confundir de forma malintencionada un juego de ataque por momentos desbocado y sin sentido con todo un “Run & Gun”.

Pero, por desgracia, toda esta manipulación y enmascaramiento de la realidad les resulta muy fácil y sencillo al pertenecer a grandes medios de difusión y estar bajo su amparo.
Siendo de esta forma, normal y frecuente, ver como confunden (intencionadamente) la realidad con el interés personal y la objetividad con el amiguismo.
Incluso en determinados momentos su comportamiento es miserable y barriobajero, pues dependiendo de la accesibilidad y facilidad para “rajar”, la valoración y juicio sobre ciertos jugadores es diametralmente opuesto al recibido por otros mucho más comedidos y celosos de su intimidad.

Y todo eso sin hablar del tema filtraciones y lo que les jode que determinados dirigentes responsables y competentes trabajen “a la Rusa”. Lo cual les deja sin exclusivas y les priva de titulares tan “originales” como el famoso, “Como ya adelantamos aquí en exclusiva…”, y deben conformarse con tirar de especulación irreal y abusar de la inventiva sin sentido.

Una vez llegados a este punto y ante las “críticas” de “los que no tenemos ni puta idea”, se tira de manual y se recurre al doble rasero o vara de medir.
Aflorando de ese modo los argumentos ventajistas y revanchistas que van desde la comparación de jugadores, entrenadores y consecución de títulos hasta el paso obligado por el NODO para recordarnos un tiempo pasado que fue mejor, ¡como si ellos hubiesen tenido algo que ver en ello!.

Pero por suerte, ni todos los profesionales son así, ni beben de las mismas fuentes. Por suerte aún quedan periodistas honestos e íntegros que hacen de la honradez y dignidad profesional su Credo.

Personalmente, si tengo que elegir entre ser considerado un “disidente” por tener ideas propias o agachar la cabeza y seguir las directrices que marcan otros como cual borrego, lo tengo clarísimo. Soy y quiero ser Disidente.
¿Y tú, que eliges?.
No te lo pienses más y súmate.
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