Lo que en un principio quedaba y sonaba muy bien, ha
terminado por cansar. La frasecita esa de “Hay que saber vender el producto”
era muy interesante al principio, pero la hemos utilizado tanto que ha
terminado desgastada, perdiendo su esencia e incluso sonar vacía.
¿Qué hay que saber
vender?, esta es la pregunta.
Lo fácil es responder baloncesto, pero no es así.
Hay que saber vender emociones y sentimiento. Y esto es lo
difícil. Lo que de verdad implica un gran esfuerzo, dedicación y
responsabilidad.
Señores no dejen el calendario en manos del azar, dirijan el
sorteo, pues ni todos los partidos son iguales, ni todas las fechas merecen el
mismo trato.
Ustedes saben que enfrentamientos generan más pasión, que
equipos suscitan un mayor interés y que fechas serían más adecuadas para
determinados partidos.
Empiecen por ahí, por el calendario y sean inteligentes.
Incentiven la emoción y premien el espectáculo.
El R. Madrid (que
aún está por ver si este estilo gana títulos) les ha mostrado el camino.
Divierte, encandila, llena las canchas y es el equipo más atractivo de ver de
Europa.
Y a final de cuentas esto es lo que quiere el aficionado,
divertirse, pasárselo bien y ver un buen espectáculo.
No debería valer el ganar
de cualquier manera (aunque es lícito), pues el triunfo y los títulos están muy
bien, pero si el juego no engancha, por mucho que se gane, igual se te queda la
cancha como un solar y las audiencias por los suelos (¿verdad?).
Olvídense de tanta asamblea inútil (al simple aficionado nos
importa un pimiento, por ejemplo, si H.
Norel y T. Satoransky son cupos
o no) y trabajen por el bien del baloncesto como entretenimiento.
No se preocupen solo de repartirse los huevos, pues como
parece que no se enteran, igual entre reparto y reparto se les muere la
gallina.
El baloncesto nacional está enfermo y ustedes parece que no
se dan cuenta. Sus mayores preocupaciones son meras banalidades a vistas del
aficionado medio (que es la principal fuente de ingresos, no lo olviden) y por
muy listos e inteligentes que se crean, da la sensación de que es esto del
baloncesto, muchos de ustedes, no diferenciarían entre una pelota de basket y
una sandía.
Pero el problema no acaba ahí, empieza.
Mientras pierden el tiempo mirándose el ombligo y creyéndose
los “Reyes
del mambo”, el enemigo se les ha metido hasta la cocina.
Con “el beso de Judas” como estrategia y
viendo sus carencias y limitaciones, la FEB
está al acecho, esperando su momento y preparada para asestarles el golpe de
gracia.
En Junio del 2011 el Presidentísimo ya lo dejó claro y para
muestra, un botón: “¿Presidir la ACB?,
por qué no (Gigantes del basket nº 1338)”.
Recuperar la hegemonía perdida (allá por 1983) es su
intención, y no lo duden, al amparo que dan las medallas, están en ello.
Por desgracia y a diferencia de antaño, ustedes no son gente
de basket y tal vez por eso y por ser un poco perezosos de mente, no se dan
cuenta de la situación real del baloncesto de club.
El aficionado es y será la clave de todo este asunto y
mientras unos parecen tenerlo claro (ÑBA, Ruta Ñ, Un día menos para el Oro…), otros
no se enteran.
Señores de la ACB,
suya es la responsabilidad de cuidar de nuestro baloncesto, velar por sus
intereses, protegerlo y defenderlo. Ustedes están en esta obligación y es lo
que se les exige.
- Mi otro Blog, "2+1".
Y en Facabook: LaFura BC
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