Entre Cristianos y Kakas, se considera seriamente en invertir y potenciar la sección de basket.
La primera decisión coherente es buscar un Director general (por nombrarlo de alguna forma, pues un servidor se pierde entre tantos cargos) que sustituya a A. Martín. La segunda, como no, cambiar el entrenador.
Solo había un nombre de consenso, y no era otro que el de Ettore Messina, el mejor entrenador de Europa en ese momento.
8 Ligas, 9 Copas, 4 Euroleagues y una Saporta, esto es lo que figura en el curriculum del italiano, ¡pa cagarte!, y solo a nivel de club.
Se ficha a Messina y todos, absolutamente todos, incluidos los que ahora son o somos críticos, estábamos encantados, esperanzados y rebosantes de ilusión y alegría gracias a ese fichaje.
El dúo Messina & Maceiras comienzan su trabajo. Como primera tarea, confeccionar un nuevo equipo, un equipo para ganar ya, pues lo de proyecto a 3-4 años no se lo creía nadie (y menos ellos) y si quedaba alguna duda sobre eso, solo hacía falta mirar a los “jovencitos” que se ficharon.
Otro asunto, dar puerta a los que no le servían (hubo algún momento que parecía que ninguno) y eso si era delicado. ¿Cuántos eran del agrado de Messina?, parecía que muy poquitos, y en eso se pusieron.
Algunas bajas, por un motivo u otro, fueron más sensibles que otras. Resumiendo, de la temporada anterior solo quedaron Llull, Bullock, Hervelle, F. Reyes y VdS, y de esos, solo Llull y F. Reyes(?) tenían un valor real, pues a Hervelle se le largó a la más mínima oportunidad, VdS estuvo cojo toda la temporada y lo de Bullock, mejor ni nombrarlo.
De las bajas, dos muy sensibles, porque no se cubrieron correctamente, R. López y Mumbrú. El primero no tuvo repuesto y más cuando se decidió apostar definitivamente por Llull como escolta, y se acusó toda la temporada esa falta de un segundo base. Lo de Mumbrú, más de lo mismo, toda la temporada sin alero alto, con lo que eso supuso.
Un equipo nuevo, “tropecientos” fichajes, un presupuesto muy importante invertido y se empezó la temporada con déficit en tres puestos claves, base, alero y pivot.
El equipo estaba descompensado, pero con Messina en el banquillo, eso parecía no importar demasiado.
Se empezó la temporada de la mejor forma posible, se jugaba muy bien, el juego era dinámico y alegre, el equipo parecía imparable, los nuevos fichajes parecían sacados de la NBA, todo era fantástico y maravilloso. Todo parecía ir bien, hasta esa fatídica racha de Diciembre, donde el equipo, todo, incluido el técnico, mostró y enseñó demasiadas carencias.
La temporada empezó con un juego ilustre, una defensa viva, intensa y aplicada, un ataque afanoso, donde siempre se buscaba la rápida circulación del balón, el pase extra y un uso y abuso del P&R (por cierto, ¿Cómo es que nunca funcionó la conexión F. Reyes-Prigioni?).
Camino de la Copa del Rey, ya había muescas en la culata del mister, Bullock y S. Vidal, principalmente, eran los damnificados. Broncas, reprimendas publicas, enfrentamientos, malas caras, etc. Parecía que había fisuras entre algunos jugadores y el entrenador.
Messina empezó a mostrar algunas carencias, tanto en lo deportivo (algunos entrenadores le ganaron la partida de forma sorprendente), como en lo humano (el enfrentamiento “enmascarado” con algunos jugadores era patente).
En la Copa, se llegó fácil a la final, parecía que la magia y el aura que envolvía a Messina empezarían a dar dividendos, primer titulo en juego y ya estábamos en la final.
El resultado fue terrible, nefasto, el Madrid fue barrido (por decirlo suave) por un Barça superior, en todo, absolutamente en todo. Las críticas más desmesuradas fueron para el entrenador, incluso muchos pedían su cabeza ya.
Está claro que Messina tenía parte de culpa, pero yo me pregunto, ¿Rindieron todos los jugadores como debían?, ¿Por qué se castigó tanto al entrenador y muchos de los jugadores salieron de rositas?.
La fractura entre entrenador-jugadores-aficionados, empezaba a ser visible. El equipo estaba tocado tanto física como anímicamente (¿Cómo debía estar el entrenador?) y con esos ánimos, al Top-16.
El grupo no era una perita en dulce, pero tampoco para sufrir como se sufrió. No se jugó bien, se salvó el match-ball contra el Siena, pero se falló estrepitosamente contra el Maccabi, y de que forma, los veteranos, los que tenían que ganar ese tipo de partidos, los jugadores fichados para eso, los Garbajosa, M. Jaric (tocomocho), Kaukenas, etc, fallaron, se escondieron, no dieron la cara y gracias a ello, dos penitencias.
La primera, deportiva, el Barça en cuarto.
La segunda, institucional, en un partido, se había evaporado la milonga que habían intentado vender desde el club, lo del proyecto a 3-4 años. Y yo me vuelvo a preguntar, ¿Qué culpa tuvo Messina de que a algunos se les encogiera la mano?, ¿Qué a otros les temblaran las piernas? Y lo peor, ¿Qué algunos se cagaran a la hora de la verdad?. Si, ya se que también tiene culpa, como haber fichado a esos jugadores, castigar a otros y no contar con algunos, pero es justo que a cada uno lo suyo, y no todo el marrón para el mismo.
¼ Euroleague. Barça-Madrid. Posiblemente el momento más critico de la temporada, un equipo tocado física y anímicamente se enfrentaba al equipo más en forma de Europa, una maquina de jugar a eso que llamamos baloncesto, incluso, para algunos, de los mejores de la historia.
En esa eliminatoria, el Madrid toco techo, se jugó bien, todos estaban implicados y concienciados, se hizo el mejor baloncesto de la temporada (desde mi punto de vista), pero en frente, un equipo, que en esos momentos, era inalcanzable para el Madrid. Messina estuvo perfecto, rápido, ágil, espabilado y tomando la iniciativa en todo momento, incluso diría que fue mejor que X. Pascual, pero ese Barça, como equipo era mucho mejor que el Madrid.
Se perdió la eliminatoria (y por desgracia, algo más), incluso, nunca se dio la sensación de poderse ganar, y fue allí, donde más tocado estuvo el entrenador, inclusive se pensó y sonó mucho la destitución de Messina.
Para mí, en esa eliminatoria, se vio al mejor Messina (lo de Velickovic y Tomic, de maestro), por el contrario, otros quedaron muy retratados, jugadores que no estuvieron a la altura de las circunstancias (deportivamente ablando), de su nombre y lo peor, de su contrato.
Con el equipo bajo mínimos, con algunos pensando en su futuro, con otros “dejándose llevar” y con muchísimas dudas, llegaron los play-off de la ACB.
El CajaSol, casi nada, la mejor defensa de la liga contra un equipo que se había acostumbrado a los 60 puntos como tope. La eliminatoria fue infumable, el CajaSol dominó la eliminatoria, pero la calidad individual del Madrid la decantó a su favor. En contra de Messina, al contrario que contra el Barça, Plaza le ganó la partida.
Muchos cadáveres deportivos por el camino, demasiados, algunos por meritos propios y otros por obra y gracia del entrenador.
Semifinales, el Baskonia como rival y como claro favorito. El Madrid, otra vez, resurge de sus cenizas y nos ofrece una eliminatoria magnífica, sensacional. Lo que en un principio parecía una eliminatoria claramente decantada, el Madrid se salta el guión y ofrece batalla. Otra vez, Messina nos recuerda a aquel que se le suponía, le gana la guerra de los banquillos a D. Ivanovic, pero el C.L se lleva las semis y se planta en la final.
La eliminatoria se decidió por pequeños detalles, esos que diferencian a un equipo cohesionado y fuerte de otro débil y falto de confianza y en eso, si, en eso la mayor parte de la culpa es del entrenador.
Fin de temporada y mucho que analizar.
El equipo estuvo desde el principio mal diseñado y confeccionado, se despidió gente que tal vez hubiera podido ser útil y fueron sustituidos por otros que no estuvieron a la altura. Se ficho mal, muy mal y cuando se intentó arreglar algo, fue peor el remedio que la enfermedad.
En contra de Messina, bastantes cosas. Era el principal responsable de los fichajes (tanto los malos como los buenos), ¿alguien cree que se fichó algo sin su consentimiento?.
Los castigos incomprensibles a bastantes jugadores desestabilizaron a la plantilla e incluso su arrogancia y presunción en ese tema le pasaron factura al final.
Su carácter (prepotente y petulante), bueno para algunas cosas, nunca casó con el “factor humano” del equipo.
Falto autocrítica y humildad por parte de Messina, y más en una liga dura como la ACB que nada tiene que ver con la liga rusa e inclusa con la italiana. Sobró vanidad y presunción incluso impertinencia en algunos momentos y falto respeto y estima hacia los jugadores, aficionados, institución e incluso medios.
En líneas generales, la temporada fue un fracaso y parte de la culpa fue de Messina, parte, no toda como muchos querían y deseaban, pues algunos jugadores también fueron culpables y responsables de ese descalabro.
Terminada la temporada, comenzaron las especulaciones, si se larga, si le echan, si ya hay otro entrenador fichado, etc. Todo eso, malo para el Madrid, y entre tanto cachomdeo, ya teníamos ahí la nueva temporada.
De ese periodo, me gustaría destacar dos cosas.
Primera, todos los aficionados esperábamos que alguien compareciera (lo idóneo hubiera sido el entrenador) para analizar y matizar las conclusiones finales de la temporada y eso nunca se produjo. En su lugar, la destitución de Maceiras, que por desgracia para él, siempre llevó colgado el cartel de sospechoso por su pasado blaugrana.
Segunda a Messina, por fin, le ponen un jefe (incluso Messina necesita uno, pese a quien pese) y ya tendrá a alguien a quien pedir explicaciones y rendir responsabilidades.
Personalmente y desde mi punto de vista, creo que la continuidad y valía de un entrenador la deben marcar los resultado, por eso creo, que esta temporada, a Messina le salvó el curriculum, pero que en la próxima las exigencias y pretensiones serán mayores, se aceptarán y tolerarán menos errores y se le demandarán más responsabilidades. En conclusión, “saltar sin red”.
Temporada 2010/11. Se ha reducido ampliamente el número de movimientos en comparación con la temporada anterior y eso, dentro de lo que cabe, es buena señal (igual ahora si podemos hablar de proyecto).
Por lo visto y fichado, parece que son movimientos consensuados y que no son solo responsabilidad de una única persona.
¿Se ha fichado bien? y ¿Qué parte de responsabilidad tiene Messina en los fichajes?, estas parecen ser las principales cuestiones en este principio de ejercicio.
Que Messina cuenta a la hora de decidir un fichaje, yo no lo pongo en duda, pero que su opinión cuenta menos que antes, es indiscutible.
¿Se habrá fichado bien?. La respuesta será afirmativa si:
S. Rodríguez es el base rápido y dinámico que todos recordamos. C. Tucker cierra muchas bocas aceptando su nuevo papel y olvida su faceta de primera opción ofensiva. C. Suárez sigue creciendo y se confirma como el mejor alero nacional de la competición. Y D. Fischer es ese tronco poderoso e intimidador que era en el Maccabi.
Por el contrario, la respuesta será negativa si:
S. Rodríguez se siente en la obligación de cambiar su peculiar estilo de juego para tener que adaptarse a un juego más pausado y controlado. C. Tucker no asume su nuevo rol y se tira hasta las zapatillas con pobres porcentajes. C. Suárez se estanca y ve reducida su cuota de minutos y protagonismo. Y D. Fischer se olvida de lo que ha hecho toda su vida y le da por jugar más abierto e intimidar menos.
Pero a lo que vamos, Ettore Messina. Lo ideal sería que el entrenador hubiera aprendido de las equivocaciones de la campaña pasada, que asumiera desde un principio que cometió errores y se adjudicara con humildad la necesidad de rectificar por el bien del colectivo y para evitar situaciones embarazosas como las que se produjeron en algunos momentos de la temporada pasada.
Por el contrario, si no se corrigen algunos errores, se continua con esa actitud arrogante y prepotente y opta por “morir con mis ideas” en lugar de rectificar, la temporada puede ser muy larga y penosa.
El equipo es mucho mejor que el del año pasado, hay más mimbres, más talento, muchísimas más opciones y combinaciones, en definitiva, un equipo para luchar de tú a tú con el Barça, pero, esto está única y exclusivamente en manos de Messina y de cómo afronte él la situación.
Primeras sensaciones. No son buenas, aunque es pronto, esto recuerda demasiado al año pasado. El equipo está mal diseñado (muchos cuatros y ningún tirador), hay carencias en el tiro exterior (¿Por qué no se apostó fuerte por R. Martínez?), castigos (Velickovic), broncas (Prigioni), rotaciones cortas (una plantilla con 12 fichas y rotaciones de 8-9 como máximo) y cada partido se anotan menos puntos (preocupante el descenso progresivo en los últimos cuatro partidos).
Mención especial merece lo de Prigioni, pues, en teoría, es (era) su hombre de confianza, el que debe (debía) ser su prolongación en la cancha, y por el contrario, a las primeras de cambio, hay enfrentamiento y para terminar de joder, publico. ¿Qué le pasa al perro que muerde a su dueño?.
Es pronto para sacar conclusiones, pero una cosa está clara, un año de fracaso se aguanta y más si uno se llama Messina, pero dos no.
Me atrevería a aventurar, que si esta temporada no se gana la Liga o la Euroliga, será el último año del italiano en el Madrid y por cierto, si esto pasa o pasara, no acabaría el mundo ni mucho menos, pues primero es el R. Madrid y después lo otro, jugadores, entrenadores e incluso presidentes.
Personalmente, apuesto por Messina, aunque crítico, todavía confío en él y nunca he sido partidario de los cambios una vez comenzada la temporada y menos del entrenador, aunque si la situación se vuelve insostenible, es una medida impopular pero ha tenerse en cuenta.
Pues yo ya he dejado de confiar en Messina. Creo que no ha llegado en el momento oportuno a la sección, pero tambien pienso que es mucho peor entrenador de lo que cree. No es un buen gestor de grupo. No tiene cintura táctica en los partidos y ningún jugador ha mejorado su rendimiento bajo sus ordenes. Por si esto no suficiente hay que añadir que no conoce la ACB, ni sabe lo que representa el Real Madrid.
ResponderEliminarEste año me he resignado a sufrir, esperando que sea su última temporada y que no "queme" el futuro de los jóvenes jugadores que juegan en el club (Velikovic, Mirotic, Suárez, Llull, Sergio Rodríguez)
Un saludo
Ufff. Respeto mucho tu comentario Charlie, pues a demás de una opinión, das bastantes razones.
ResponderEliminarComo he comentado, creo que solo le salva ganar la Liga o la Euroliga y esto tal como está el equipo, parece una quimera. Seguramente el año que viene tendremos nuevo entrenador, incluso, si la cosa no se endereza, no me extrañaría que antes.
No se en que disentir o debatirte, pues todo lo que comentas es verdad. Por cierto, ¿a quien propondrías en su lugar?.
Un Saludo.
Siendo la figura del entrenador un problema, no es sin embargo el más importante. La cuestión sería ¿que hay detrás de la figura del entrenador?
ResponderEliminarNADA
La característica principal del Real Madrid desde la marcha de Lolo como entrenador ha sido la improvisación. Cuando se prescinda de Messina habrá que empezar de nuevo partiendo de cero: nuevo entrenador,directiva, jugadores, cantera, etc, etc. Esto ha pasado tras la marcha de Imbroda, Lamas, Plaza o Maljkovic, independientemente de que se consiguieran o no títulos. Con este planteamiento los entrenadores actúan como un trapecista sin red. No se puede reinventar la sección cada año. ¿o sí?
Saludos
Hola Charlie. Buenos días.
ResponderEliminarLa verdad es que tienes toda la razón. La inestabilidad ha sido una constante en esta sección, y el problema, en la mayoría de los casos no ha sido solo del entrenador como muy bien comentas.
Personalmente, solo recuerdo una época en que las cosas se hacían con dedicación y sentido y fue en tiempos de R. Mendoza con M. Jaquotot como máximo responsable. Después, otros presidentes, otros responsables, algún intento bueno, pero en general, poco interés, menos paciencia y peores resultados.
Gracias por este comentario, pues me has dado la idea para una nueva entrada.
Lo dicho, muchas gracias.
Muy buen post.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho lo escrito y en especial el comentario de Charlie sobre la falta de cintura táctica de Messina.
El equipo no está formado por completo, de hecho en realidad este debería ser el primer año del proyecto Messina. De hecho si así fuera creo que todos estariamos contentos. En principio quiero que siga Messina porque el juego del pase extra y los analisis a los grandes rivales del año pasado me gustaron.
Ahora bien, si la imagen contra los grandes es la vista hasta ahora, no da minutos a canteranos, enfada y castiga a jugadores, hace que se estanquen nuestras promesas( la mayoria solo son eso) pues se tendrá que ir ya que no conseguira ni titulos y lo que es peor, se perderá otro año mas de lo que llamamos PROYECTO.
En este caso, la plantilla esta hecha a la imagen y semejanza de Aito y con tres retoques( san Eme fijo más otros 2) se podría aspirar a todo. Lo malo es que se vive del pasado y presente no del futuro.
Hola Sr. Don Nadie.
ResponderEliminarLo has clavado en lo de “de hecho en realidad este debería ser el primer año del proyecto Messina”. Creo que por ahí van los tiros. El año pasado todos terminamos muy descontentos con Messina y lo peor es que se agotó la paciencia, por eso creo, el malestar general de este principio de temporada.
Estoy contigo en lo que ha comentado el compañero Charlie, pues, seguramente, es una de las principales claves de lo que podríamos llamar el “asunto Messina”.
Un Saludo.
Yo sigo dando mi confianza a Messina, sigo creyendo que un entrenador que ha conseguido sus éxitos (que susituye a Ivkovic en el CSKA porque el serbio no da más de sí, y lo hace con éxito), no es flor de un día, ni le falta cintura táctica, ni desconoce como gestionar un grupo. Cabría preguntarse si el club no tiene parte de culpa en la situación en la que nos encontramos (el entrenador más caro y prestigioso de Europa, en un equipo de Top 8 en Europa).
ResponderEliminarPor otra parte, no creo que si no hay título no siga. Por ejemplo, Pellegrini no fue despedido por no ganar títulos, sino por caer en Copa ante un Segunda B, en Champions contra un Lyon devaluado, y en Liga por no dar la sensación de poder ganar al Barcelona. Y porque, en toda la temporada, el Madrid no dio sensación de poderío, de dominar los partidos, ni tan siquiera ante rivales como el Tenerife.
Porque una cosa es no conseguir títulos y otra dar la sensación de que jamás lo lograrás. Es estar siempre en las finales o caer antes, pero a cara de perro y ante un gran rival, que perder sin alma contra el Barcelona, por muy bueno que sea. Las eliminatorias de Euroliga y ACB dejaron la primera sensación (ha salido cruz, pero podría haber salido cara); la final de Copa dejó la segunda (la moneda sólo tenía dos cruces). Si al final no hay títulos, pero sí que se ha competido, dada la juventud del equipo, me parece un error prescindir del equipo. Ahora, si la sensación que hay es la de la Supercopa contra el Barcelona, fuera entrenador y lo que haga falta.
Scouser, un placer.
ResponderEliminarComo muy bien reflejáis todos en vuestros comentarios, “el tema Messina” es tan complejo como delicado.
Ansiedad, angustia, falta de paciencia (por parte de todos, eso si), cualquiera puede ser la clave de este asunto.
Me quedo con lo de las dos caras. La primera, contra el Baskonia en semis (estuvo ahí) y contra el Barça en Europa (nunca se dio la sensación de poder pasar, pero nunca se perdió la cara a los partidos).
La segunda, la de la Copa, contra el CajaSol y SuperCopa.
Si se consigue una línea ascendente con la “primera cara”, es el camino a seguir y que seguro más pronto que tarde, dará sus frutos.
Si por el contrario, se apodera del entorno (que bien lo definió J. Cruyff en su día) la segunda (a día de hoy, eso parece), como más pronto se busque una solución mejor.
Lo peligroso y arriesgado de eso (y me temo, pueda suceder) es que se cambie de entrenador, que se comience otra vez de cero, y que mientras, Messina, consiga títulos en su nuevo destino.