Uno bueno, muy bueno, dos malos y la campanada del mundial.
Empezaremos por los malos, pues lo bueno es mejor reservarlo para el final.Turquía-Eslovenia. Lo que parecía un choque igualado (o tal vez no viendo como Turquía juega “su” Mundial), no fue tal. El partido quedaba sentenciado ¡en el primer cuarto!.
Turquía salió avasallando, manifestando toda su autoridad (lo lleva haciendo desde el principio) y sometiendo al rival desde el primer minuto y más al amparo de su publico. Los turcos lo tenían claro, presionar arriba y dejar a los bases eslovenos sin ideas, y lo consiguieron. Si a eso sumamos sus magníficos porcentajes de tiro y que Eslovenia estaba totalmente subyugada por el ardor del público turco, el resultado era claro 27-14 al final del primer cuarto y 50-31 ala mitad del choque.El partido estaba muerto y sentenciado, pero, hay algo a favor de Eslovenia, hicieron todo lo que pudieron, incluso un gran esfuerzo para estabilizar la desventaja, pero era el día de Turquía, y quien sabe si también su campeonato. Al final 95-68.
Lo que otrora eran las grandes finales, hoy en día es un enfrentamiento desigual, el USA-Rusia de estos cuartos refleja un marcador engañoso (89-79), pues solo existió partido en la primera mitad, incluso parece que los americanos se plantarán en la gran final prácticamente sin enterarse.
Rusia empezó muy bien y muy centrada, dominaba el rebote y tenía un elevado porcentaje de triples. Por el contrario, USA parecía empezar dormida, como si tuvieran excesiva paciencia y solo con la aportación de Durant se mantenían en el partido. Los rusos seguían dominando el rebote y anotando con facilidad de tres, pero su porcentaje de dos comenzaba a ser malo. Durant, por entonces había encontrado un socio, Billups y ellos dos solitos (los únicos con nivel real de esta selección para tener estatus de estrella), más la presión en todo el campo se bastaron para derrotar a Rusia, la cual había cambiado su juego de equipo, que tan buen resultado le había dado en la primera parte, por un juego anárquico e individualista que les llevaba a la derrota.
Partido sin más historia con un marcador que refleja más igualdad de la que en realidad hubo, 89-79.
Ahora si, el partido bueno de estos cruces, Serbia-España, dos equipos que se respetaban e incluso se temían.
El partido comenzó rápido, los dos equipos anotaban, pero Serbia parecía más metida en el partido y con jugadores más entonados. Al final del primer cuarto, los serbios llevaban la delantera, pero España estaba allí. Comenzó la segunda parte con las segundas unidades en cancha, y con una defensa zonal serbia que hacía mucho daño, incluso su segunda unidad rendía más que la nuestra, el partido parecía romperse, ellos tenían más referentes y nosotros solo a Navarro y puntualmente a Garbajosa. La zona serbia se nos atragantaba y encima nuestra defensa no era buena, el partido llegaba al descanso y parecía que los serbios podían romper.Al comienzo del tercer cuarto se vio la mejor España, más ritmo, más intensidad e incluso mayor calidad, la selección enderezaba el rumbo, nos imponíamos con autoridad, incluso nos pusimos por delante, se estaba viendo la mejor versión de esta selección, pero Serbia, amparada en sus individualidades (siempre aparecía un referente) conseguía mantenerse en el partido. Este cuarto había sido de España
Con el comienzo del último cuarto llego el desastre, el equipo parecía fundido, sin ideas y para rematar, la dirección desde el banquillo era lamentable. No defendíamos bien, y la zona se nos volvía a indigestar, para colmo, nosotros seguíamos con la nuestra, que era un coladero para el tiro exterior serbio. Con casta y orgullo se llego a los últimos segundos, no se acertó en el planteamiento, se defendió mal y no se supo gestionar la última posesión. Si te la juegas a la suerte contra Serbia tienes todas las de perder, triple estratosférico de 9 metros de Teodosic a falta de 3 segundos y se acabó. 92-89, demasiados puntos encajados como para aspirar a las semifinales.
Esto si que fue una sorpresa, la campanada del mundial. Ni los más optimistas podían imaginar lo que pasó en este encuentro, nadie, seguramente, hubiera apostado por Lituania y más vista la exhibición argentina ante Brasil.
Pero si, alguien si que confiaba en Lituania, ellos mismos. Al inicio del partido se comprobó que lo tenían muy bien estudiado, los lituanos propusieron lo que seguramente menos les interesaba a los argentinos, rapidez y velocidad.
Con rapidez y una velocidad endemoniada, Lituania le estaba sacando los colores a Argentina, la cual observaba impotente como no podía frenar el caudal anotador lituano, no estaban acertados y esta vez, solo la garra no les bastaba, estaban pagando el desgaste físico anterior, no podían reaccionar, la veteranía y el físico les estaba pasando factura. Por el contrario, Lituania había dado con la tecla, correr y desgasta, esas fueron sus armas y sumado al gran acierto anotador, les sirvió para sorprender a Argentina y de paso a todos, 104-85 al final. Con este juego brillante y de ataque, Lituania se planta en semifinales como gran sorpresa, pero de forma justa y merecida.
Camino de la final.
Turquía - Serbia y USA - Lituania
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